La gasolinera de la plaza Progreso ha sido el centro de un intenso tira y afloja entre el Ajuntament de Palma y la empresa que gestiona estas instalaciones. En una reciente decisión, el Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJIB) ha dado la razón al Consistorio al desestimar el contencioso interpuesto por la mercantil, poniendo un freno a sus intentos por mantener una gasolinera que se encuentra en medio del proyecto de revitalización urbana.
Un cambio necesario para revitalizar la zona
Este plan especial, aprobado en 2021, busca proteger no solo el patrimonio arquitectónico sino también mejorar el ambiente de Santa Catalina. Con ello, se espera eliminar el tráfico vehicular en la plaza y sustituir la gasolinera por un aparcamiento subterráneo. Aunque la empresa argumentó que este plan carecía del respaldo técnico necesario, el TSJIB lo ha rechazado categóricamente.
Además, intentaron reclamar una indemnización que tampoco prosperó. Este episodio es solo uno más en una larga serie de enfrentamientos legales entre ambos actores. Desde hace décadas, las gasolineras están fuera de ordenación; su presencia es un vestigio del franquismo que no parece tener cabida en una ciudad moderna.
A pesar de las sanciones impuestas por Cort –que ascienden hasta casi 3.000 euros semanales–, parece que nada detiene a esta empresa que sigue operando como si nada pasara. La presión sobre ellos va aumentando y los ciudadanos comienzan a preguntarse: ¿hasta cuándo permitiremos esta situación?
Mientras tanto, desde la Conselleria de Medio Ambiente, se han tomado cartas en el asunto para declarar estos terrenos como contaminados o degradados. Sin embargo, aunque afirmaron haber solucionado algunas deficiencias ambientales, aún queda mucho camino por recorrer.
No podemos olvidar que hace un año, una propuesta aprobada por el PP instaba a regularizar la situación de estas gasolineras; esto generó gran revuelo entre los partidos progresistas que denunciaban «urbanismo a medida» para beneficiar a quienes no cumplen con las normativas vigentes. Aún así, las promesas parecen haberse quedado en palabras vacías.
A medida que avanzamos hacia un futuro más sostenible y amigable con nuestra comunidad, esperamos ver acciones concretas y efectivas para recuperar esos espacios tan valiosos para todos nosotros.