En estos días sofocantes, cuando el sol aprieta como si quisiera derretirnos, hay quienes trabajan incansablemente para traernos nuestras compras a casa. Esta es la realidad que vive Miriam, una usuaria de Twitter que, tras recibir un paquete en plena ola de calor, se detuvo a reflexionar sobre lo que significa ser repartidor hoy en día.
Era un caluroso día de agosto y ella esperaba su pedido de Amazon. La tarde marcaba 41 grados y, mientras abría la puerta al repartidor, algo hizo clic en su cabeza. «Le ofrezco un vaso de agua o una Coca Cola fresquita», relató Miriam. Pero su sorpresa fue grande al escuchar que nadie le había ofrecido nada durante todo el día. «¿Hasta dónde hemos llegado? ¿Acaso hemos tirado a la basura nuestra humanidad?»
Un gesto olvidado
Las redes sociales estallaron con su publicación, acumulando más de 164.000 visualizaciones y un torrente de comentarios. Muchos compartieron su experiencia: «Yo nunca he pensado en hacer eso», confesó una internauta. Y es que parece que nos hemos olvidado del simple acto de ofrecer algo tan básico como un trago de agua a quienes trabajan bajo el sol.
Acompañando las palabras de Miriam, otros repartidores comenzaron a sumarse al debate. Uno comentó: «Soy repartidor y hoy me ofrecieron agua por primera vez en semanas». Un gesto sencillo, pero cargado de significado.
A veces parece que vivimos inmersos en nuestra burbuja digital, donde no vemos más allá de nuestras pantallas. Así que quizás esta historia nos sirva como recordatorio: no está demás parar un momento y pensar en los demás. No solo se trata del trabajo duro detrás del reparto; también hay personas detrás de esos paquetes que merecen nuestro respeto y consideración.