La Fórmula 1 no da tregua y, en medio de la tormenta que enfrenta Lewis Hamilton, Bernie Ecclestone ha decidido poner su granito de arena. El exjefe de la F1 no tiene pelos en la lengua y se ha despachado a gusto con el heptacampeón británico, quien atraviesa una de sus peores temporadas en Ferrari. Una situación que ni él mismo puede ocultar, pues tras 14 carreras sin asomarse al podio, el piloto parece más perdido que nunca.
Un camino hacia la decepción
Hamilton llegó a Ferrari con muchas expectativas, pero lo que debía ser un nuevo capítulo se ha convertido en una pesadilla constante. Su única alegría fue un triunfo fugaz en el Sprint de China, y ahora ocupa un modesto sexto puesto en la clasificación general. Con solo 109 puntos acumulados, se siente como si estuviera navegando en aguas turbulentas mientras Oscar Piastri lo supera por 175 unidades. La diferencia es abismal, especialmente cuando vemos a su compañero Charles Leclerc brillando justo por encima de él.
En este escenario desolador, las críticas han llovido sobre Hamilton como si no hubiera un mañana. Hasta él ha confesado sentirse como un “inútil”, reflejando la frustración que todos percibimos desde fuera. Y claro está, Ecclestone no podía dejar pasar esta oportunidad para hacer su jugada: “Lewis tiene mucho talento”, dice con saña, “pero cuando llegas a la cima solo puedes bajar”. No hay dulzura en sus palabras; es pura realidad.
El consejo del magnate es claro: “Hamilton está cansado y necesita reinventarse. Debería haberse retirado hace tiempo”. Asegura que el británico se estaría engañando a sí mismo si continúa compitiendo sin motivación. “Si yo fuera su representante”, añade con determinación, “hablaría ya con Ferrari para buscar una salida”.
Así están las cosas: un campeón mundial atrapado entre las sombras de su propio pasado y las duras palabras de quienes alguna vez fueron aliados. Al final del día, ¿no sería mejor dar un paso al lado antes que ver cómo se apagan los últimos destellos de su brillante carrera?