En la plaza Jorge Luis Borges, un lugar que debería ser un remanso de paz y alegría para las familias del barrio, se ha desatado una ola de indignación. El colectivo vecinal Flipau amb Pere Garau ha alzado la voz tras el último vandalismo que sufrió este espacio el pasado martes. Alguien decidió romper el cerramiento del área infantil, un acto que no solo es un ataque a lo que es nuestro, sino también una clara falta de respeto hacia todos nosotros.
Un problema recurrente
«No es la primera vez que nos enfrentamos a esto», comentan desde Flipau. La verdad es que cada vez son más frecuentes los botellones nocturnos organizados por grupos de jóvenes en esta plaza. Y aunque todos disfrutamos de una buena fiesta, hay límites. Estos comportamientos no solo deterioran nuestro entorno, sino que envían un mensaje preocupante sobre el respeto a nuestro barrio y a sus vecinos.
La situación ha llegado a tal punto que ya han notificado a Cort sobre el estado lamentable del cerramiento y la suciedad acumulada. «Los espacios públicos son patrimonio común», subrayan desde la plataforma, recordando lo escasos y necesarios que son para nuestra convivencia diaria y para que nuestros niños puedan jugar sin preocupaciones.
Por eso, exigen con urgencia la reparación del cerramiento dañado y piden que se respete el horario de cierre del parque infantil. En verano debería cerrarse a las diez de la noche, ¡no es mucho pedir! También reclaman una limpieza más frecuente y una mejor coordinación entre Emaya y la empresa encargada de cuidar estos parques infantiles.
No solo eso; proponen aumentar las opciones de ocio público para nuestros jóvenes en Pere Garau e intensificar la vigilancia durante las noches y fines de semana. Además, hacen hincapié en la necesidad urgente de llevar a cabo campañas de concienciación en colegios y centros juveniles del barrio. Porque todos merecemos vivir en un lugar donde podamos disfrutar sin temor ni molestias.