El pasado 28 de julio, la NASA hizo un descubrimiento que ha dejado a muchos con los ojos abiertos. Un asteroide irregular, conocido como 2025 OW, pasó a tan solo 640.000 kilómetros de nuestro planeta. Con unos impresionantes 60 metros de ancho, este cuerpo celeste no es solo una roca más en el espacio; su forma peculiar y su rápida rotación, completando un giro cada 1,5 a 3 minutos, lo convierten en uno de los más fascinantes observados por el sistema de radar Goldstone.
La inquietud que genera su proximidad
Aunque esta aproximación ha sido estudiada en profundidad, hay quienes sienten un escalofrío ante la posibilidad de que un asteroide pueda impactar contra la Tierra, recordando situaciones anteriores como la del 2024 YR4. En el blog oficial del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA se menciona que las mediciones obtenidas han permitido reducir considerablemente la incertidumbre sobre el futuro movimiento del 2025 OW. Así que, por ahora, podemos respirar tranquilos; este asteroide no volverá a acercarse tanto en un tiempo previsible.
A medida que seguimos explorando el cosmos, descubrimientos como este nos recuerdan lo pequeño que somos en comparación con el vasto universo. Es una invitación a reflexionar sobre nuestra propia existencia y cómo interactuamos con el espacio que nos rodea.