La Via de Cintura, una de las arterias más transitadas de nuestra isla, ha sido escenario de un accidente que ha dejado a todos con el corazón en un puño. Un motorista se encuentra en estado grave después de haber resbalado debido a una fuga de agua provocada por una canalización rota. Este suceso, que podría haberse evitado con un mantenimiento adecuado, nos hace cuestionar cómo es posible que situaciones así sigan ocurriendo.
¿Qué está pasando con nuestras infraestructuras?
Mientras nosotros, los ciudadanos, hacemos malabares para sortear baches y ahora también charcos peligrosos, parece que las autoridades miran hacia otro lado. ¿Acaso no es responsabilidad de todos garantizar la seguridad en nuestras carreteras? La precariedad en el mantenimiento no solo pone en peligro a los motoristas; afecta a cada uno de nosotros cuando salimos a la calle. Es momento de exigir cambios y soluciones reales.