MADRID, 2 Ago. (EUROPA PRESS) – En una muestra contundente de apoyo a la comunidad transgénero, más de quince estados demócratas han decidido plantarse ante la Administración del presidente estadounidense Donald Trump. La razón no es otra que la reciente orden ejecutiva que bloquea el acceso a atención sanitaria y tratamientos para los menores transgénero en el país. Encabezados por California, estos estados están levantando la voz contra lo que consideran un ataque directo a los derechos fundamentales de estos jóvenes.
Una lucha por la dignidad
La demanda ha sido presentada en un tribunal de Boston y argumenta con firmeza que las acciones del presidente no solo son injustas, sino también inconstitucionales. Trump ha calificado estos tratamientos como una forma de «mutilación química y quirúrgica», un término tan drástico como erróneo, y ha instado al Departamento de Justicia a investigar a aquellos centros médicos que ofrecen este tipo de apoyo vital, incluso en regiones donde es completamente legal.
Esta cruzada ha llevado a la Administración Trump a emitir más de veinte citaciones dirigidas a médicos especialistas, acusándolos sin contemplaciones de “mutilar” a niños bajo una ideología que ellos consideran distorsionada. La fiscal general Pam Bondi no se ha quedado atrás en sus declaraciones: asegura que estos profesionales “rendirán cuentas” por su labor. Lo cierto es que detrás de esta retórica hay vidas reales en juego, vidas que merecen ser protegidas y respetadas.