La mañana del viernes comenzó como cualquier otra para un hombre de 77 años que había decidido disfrutar de una jornada de pesca en los impresionantes acantilados de Pollença, acompañado por su querido nieto. Sin embargo, lo que prometía ser un día perfecto se tornó en una tragedia que ha dejado a todos en shock.
El abuelo, lleno de energía y ganas de compartir momentos inolvidables con su pequeño, sufrió un fatal resbalón que le llevó a precipitarse desde una altura considerable. En cuestión de minutos, la escena pasó del risas y el encanto natural al horror. Un helicóptero del Grupo de Rescate e Intervención de Montaña (GREIM) llegó rápidamente al lugar, pero lamentablemente ya era demasiado tarde para salvarlo.
Una pérdida devastadora para la familia
La noticia ha calado hondo entre los vecinos y amigos, quienes no pueden evitar preguntarse cómo algo así pudo ocurrir en un lugar tan hermoso. La comunidad llora la pérdida no solo de un abuelo querido sino también de un ejemplo a seguir para las futuras generaciones. Este trágico accidente nos recuerda lo frágil que puede ser la vida y cómo incluso los momentos más simples pueden volverse terribles en un abrir y cerrar de ojos.