En una jornada marcada por la esperanza y la necesidad, Tom Fletcher, jefe de Asuntos Humanitarios de la ONU, ha expresado su satisfacción ante la decisión de Israel de facilitar ayuda a Gaza durante una semana. A primera hora del día, el Ejército israelí anunciaba pausas humanitarias de diez horas para permitir que los convoyes llegaran al enclave. Pero, como bien sabemos, esto no es suficiente.
Una crisis desbordante que exige más
Fletcher no se ha quedado callado y ha hecho un llamado claro: “No solo necesitamos una pausa; necesitamos un alto el fuego permanente”. En sus declaraciones, resalta que aunque se han recogido más de 100 camiones cargados con suministros gracias a una leve flexibilización en las restricciones, esto apenas toca la superficie de lo que Gaza realmente necesita. Imagina esto: una de cada tres personas en Gaza lleva días sin comer. Es desgarrador.
Las imágenes son crudas; familias enteras luchando por un pedazo de pan mientras los niños sufren las consecuencias. La situación es tan grave que Fletcher aclara que “se dispara a la gente sólo por intentar conseguir comida”. En este contexto crítico, él y su equipo han trabajado arduamente para salvar vidas, pero saben que lo logrado hasta ahora es insuficiente.
Se requiere acción rápida y efectiva. Desde autorizaciones rápidas para los convoyes hasta rutas seguras que eviten aglomeraciones y ataques innecesarios. “Es fundamental que el combustible entre continuamente”, insiste Fletcher. No podemos permitirnos más bloqueos ni demoras en esta crisis humanitaria devastadora.
A medida que se envían convoyes desde Jordania con alimentos esenciales —en colaboración con organizaciones como World Central Kitchen— queda claro que aunque hay movimiento, aún queda mucho camino por recorrer. La población sigue bajo el peso de una violencia implacable: según cifras recientes del Ministerio de Sanidad en Gaza, ya son casi 60 mil los muertos debido a esta ofensiva.
Así pues, mientras celebramos pequeños avances como estas pausas humanitarias temporales, nunca debemos olvidar la verdad detrás del sufrimiento diario en Gaza. La comunidad internacional debe actuar con urgencia porque el tiempo corre, y cada día cuenta en esta lucha por recuperar la dignidad humana.