Este domingo, Ecuador se despertó con una triste noticia que dejó a muchos con el corazón encogido: ha fallecido Edgar Allan García, un escritor cuya huella en la literatura del país andino es innegable. A sus 66 años y tras una valiente lucha contra el cáncer, nos deja un legado que perdurará en cada página que escribió y en cada lector que inspiró.
Un legado imborrable
La familia de Edgar expresó su dolor y su orgullo en las redes sociales: “Edgar no se va, se queda en cada verdad que no calló”. Estas palabras resuenan como un eco de lo que fue su vida: un constante aliento para quienes tuvieron la fortuna de leerlo. El Ministerio de Cultura también hizo eco de esta pérdida, recordando a García como “una figura fundamental” en la literatura contemporánea ecuatoriana.
Nacido en Guayaquil pero afincado en Quito, Edgar fue más allá de ser solo poeta o narrador; era un verdadero gestor cultural. Con más de 70 obras a su nombre, entre las cuales destacan títulos como ‘Rebululú’ y ‘Cazadores de sueños’, logró tocar los corazones tanto de niños como adultos. Su pasión por la lectura lo llevó a recibir múltiples premios nacionales e internacionales, destacando el reciente Premio Iberoamericano Cervantes Chico 2025.
Su partida ha dejado un vacío enorme en el mundo literario ecuatoriano. Su esposa e hijos han organizado una velación abierta este lunes en la funeraria Los Lirios, invitando a todos aquellos que amaron y leyeron a Edgar a despedirse. La ceremonia será el martes 29. Sin duda, hoy perdemos no solo a un escritor excepcional, sino también a un amigo para muchos.