La historia que hoy compartimos nos llega desde Palma, donde una mujer de 35 años ha sido detenida por un delito que parece sacado de una novela. Con un amplio historial delictivo a sus espaldas, se presentó en un concesionario de vehículos de alta gama y logró llevarse un BMW X2 valorado en 50.000 euros. Pero esta no es solo una historia sobre coches caros; es un recordatorio sobre la astucia humana y el ingenio mal aplicado.
El modus operandi de la estafadora
Todo comenzó cuando esta mujer, acompañada por un cómplice que hacía las veces de chófer, se plantó en el concesionario con una actitud segura y decidida. Según los investigadores del Grupo de Delincuencia Económica y Delitos Tecnológicos, su táctica era simple pero efectiva: prometía pagar mediante transferencias bancarias diferidas. La estafadora mostraba interés genuino por el vehículo, convenciendo a los vendedores de que todo estaba bajo control.
Con su móvil en mano, procedía a realizar la transferencia bancaria justo allí mismo, dejando ver una captura de pantalla que parecía probar la operación. Sin embargo, lo que realmente pasaba era que sabía muy bien que esas transferencias nunca llegarían. La confianza depositada por los comerciantes en ella jugó a su favor; cuando después de unos días no recibían el dinero y contactaban con ella, siempre tenía una excusa lista: problemas con el banco o demoras inexplicables entre entidades.
No contenta con esto, la mujer llegó incluso a ofrecer devolver los productos o firmar reconocimientos de impago para ganar más tiempo mientras tejía su red. En algunos casos se atrevió incluso a amenazar a aquellos que habían comenzado procedimientos legales contra ella.
Afortunadamente, los agentes han recuperado gran parte de lo robado, incluido el BMW X2 blanco. Sin embargo, esto no termina aquí; la investigación sigue abierta y promete revelar más detalles sobre esta trama digna de cualquier película.