La madrugada del 26 de julio ha traído consigo ecos de conflicto en la provincia tailandesa de Trat. Los soldados de Tailandia y Camboya se han visto envueltos en un nuevo intercambio de artillería que ya ha cobrado la vida de más de una decena de personas, principalmente del lado tailandés. Además, más de 130.000 personas han tenido que abandonar sus hogares por el temor a un enfrentamiento mayor.
Todo comenzó cuando, según el ejército tailandés, las fuerzas camboyanas lanzaron un ataque a las 05:10 contra el municipio de Ban Chamrak. Este episodio provocó lo que ellos denominan una contraofensiva bajo el nombre de Operación ‘Trat Pikhat Pairee 1’, alegando haber repelido este asalto fronterizo. Sin embargo, desde Camboya se desmiente esta versión; su portavoz militar, la general Maly Socheata, asegura que fue el ejército tailandés quien atacó sus posiciones en Pursat.
Desmentidos y tensiones diplomáticas
La confusión no termina ahí. La embajada china en Camboya ha confirmado haber detectado al menos un ataque artillero en la zona fronteriza, aunque no ha señalado culpables. En medio de esto, instan a sus ciudadanos a permanecer alertas ante cualquier eventualidad. Por su parte, Laos también tuvo que salir al paso para desmentir rumores sobre proyectiles que habrían impactado en su territorio durante los combates.
Los intercambios entre ambos países son solo una parte del complicado rompecabezas político que viven actualmente. Tras meses marcados por tensiones crecientes —que incluyeron la muerte de un soldado camboyano— las relaciones diplomáticas han alcanzado nuevos niveles bajos tras el reciente anuncio tailandés sobre una reducción de estos vínculos.
En resumen, mientras cada bando lanza acusaciones mutuas y busca culpar al otro por lo ocurrido, nosotros nos preguntamos: ¿hasta dónde llegarán estas tensiones? La situación es delicada y los civiles son quienes más sufren entre tanto fuego cruzado.