Imagínate llegar a tu trabajo y encontrar un ambiente que parece sacado de una película de terror. Eso es lo que viven a diario los empleados del ‘handling’ de Aena en Palma, donde las pulgas y las cucarachas no son solo compañeros indeseables, sino parte del paisaje. “Es una vergüenza”, clama uno de ellos, reflejando el sentir generalizado entre sus colegas. Es difícil no sentir rabia al pensar que estos trabajadores merecen un espacio limpio y digno para desempeñar su labor.
Una realidad insostenible
En un entorno donde la higiene debería ser prioridad, se están tirando a la basura las condiciones básicas. La comunidad no puede seguir mirando hacia otro lado mientras unos pocos disfrutan del sol en la playa y otros pelean con plagas en su lugar de trabajo. No podemos permitir que esta situación continúe, porque detrás de esos uniformes hay personas que solo quieren hacer su trabajo sin tener que lidiar con estos problemas grotescos.
Cada día es una batalla silenciosa contra las adversidades, pero también es un grito ahogado pidiendo justicia. Mientras tanto, algunos siguen hablando del turismo como si fuera la panacea, cuando muchos locales sufren por el monocultivo turístico. Necesitamos más voces alzándose contra esta realidad; después de todo, somos nosotros quienes debemos cuidar nuestro hogar.