Palma

El conflicto por las áreas de transición en Palma: un debate que arde

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La situación en Palma está que arde. Las áreas de transición han desatado una bronca monumental, y mientras tanto, el concejal de Urbanismo, Óscar Fidalgo, guarda silencio. En medio de acusaciones y descalificaciones, el PSOE se ha lanzado a intentar aclarar qué zonas rústicas se verán afectadas tras la reciente recalificación. Sin embargo, la respuesta del equipo de gobierno ha sido más bien escasa.

Fidalgo no ha tenido reparos en rechazar las críticas del PSOE. «Falta a la verdad y me encargaré de rebatir sus acusaciones en el pleno del jueves», afirmó con firmeza. Mientras tanto, los socialistas como Pepe Martínez no se han quedado callados; él mismo denunció que Fidalgo lleva meses mintiendo sobre dónde aplicará esta ley. La reciente publicación en el BOIB ha dejado claro que en Palma ya no es necesario tener viviendas plurifamiliares colindantes para urbanizar terrenos rústicos, algo que Martínez califica de auténtica salvajada.

Las consecuencias del cambio

A medida que la tensión crece, Martínez advierte sobre las posibles construcciones que surgirán: «Edificios como champiñones, dependiendo del interés de inversores internacionales». Este cambio no parece haber sido demandado por nadie —ni arquitectos ni asociaciones vecinales—, lo cual genera aún más desconcierto entre los ciudadanos. Y Neus Truyol, concejala de Més, lo confirma al señalar que este tipo de leyes solo revalorizan los suelos y alejan a las familias de Palma de poder acceder a una vivienda digna.

No podemos olvidar cómo Vox también ha entrado al trapo en esta discusión. Fulgencio Coll ha lanzado dardos hacia la izquierda culpándola del problema habitacional actual y ha propuesto soluciones curiosas como construir viviendas prefabricadas. Pero claro, ¿quién introdujo estas polémicas áreas de transición en el plan General? Esa pregunta queda flotando en el aire.

Aunque todos parecen estar centrados en criticar lo mal hecho, el socialista Martínez apunta algo importante: «Hay una diferencia clara entre trabajar honestamente y caer en la usura». Con edificios millonarios ya ofrecidos por 15 millones por una quarterada en Son Sardina, surge la inquietante cuestión: ¿qué pasará con nuestras ciudades?

Así va la conversación mientras las voces se elevan y cada uno intenta defender su postura; pero al final del día nos preguntamos: ¿dónde están las cifras oficiales sobre este asunto? La falta de claridad solo alimenta más dudas e inseguridades entre los ciudadanos. Y aunque Fidalgo asegura que desmontará cada argumento opositor punto por punto, muchos esperan respuestas más concretas antes de seguir adelante.

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