Era una noche cualquiera, la madrugada del 16 de julio, cuando cuatro chicas de apenas 22 años se embarcaban en unas vacaciones que prometían ser inolvidables. Sin embargo, su viaje se tornó en pesadilla tras un brutal choque frontal con un BMW Serie 4, al volante de un hombre brasileño de 27 años que triplicaba el límite legal de alcohol. Este individuo fue detenido, enfrentándose a graves cargos por sus actos temerarios.
Una historia de lucha y esperanza
La conductora del Kia Picanto rojo, S., una joven mallorquina que había traído a sus amigas desde Coimbra, Portugal, apenas dos días antes del accidente, ha tenido que lidiar con las consecuencias de esta tragedia. Tras una intervención quirúrgica en el tórax y con el miedo latente de perder una extremidad, logró salir adelante y recientemente recibió el alta. Pero su camino hacia la recuperación apenas empieza.
Por otro lado, otra de las chicas sigue luchando en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Son Espases. Después de estar inducida en coma debido a complicaciones cardíacas, ahora comienza a despertar y aferrarse a la vida con todas sus fuerzas. Mientras tanto, otra amiga ha sido trasladada a planta pero enfrenta lesiones medulares que cambiarán su vida para siempre. La última afectada está en Son Llàtzer; aunque sus heridas son menos graves, varias fracturas han dejado huella en su cuerpo.
Es desgarrador pensar cómo unas vacaciones soñadas pueden transformarse tan drásticamente. Las chicas están enfrentando no solo la lucha física sino también emocional mientras intentan recomponerse tras este fatídico episodio que les dejó más cicatrices de las esperadas.