Un día cualquiera en la playa de Camp de Mar, donde el sol brilla y la arena invita a disfrutar, dos agentes de la Policía Local de Andratx decidieron salir a patrullar. Pero no lo hicieron con sus uniformes, sino de paisano, como quien va a dar un paseo. Lo que encontraron fue más que una simple escena veraniega: un vendedor ambulante de fruta ofreciendo su mercancía sin ningún tipo de permiso y una masajista intentando ocultarse entre los arbustos.
Una intervención necesaria
Los policías actuaron rápido. En cuestión de minutos, las carretillas repletas de fruta fresca fueron requisadas. Todo sin control sanitario ni autorización alguna. ¿Qué pasaría si alguien comprara esa fruta y se enfermara? La salud pública está en juego aquí.
Y no solo eso, también dieron con una masajista oriental que al ver a los agentes hizo todo lo posible por escabullirse. Sin embargo, sus intentos fueron en vano; pronto fue localizada y se le confiscó su material. Esta mujer ya había sido advertida anteriormente por realizar actividades ilegales. La policía no estaba dispuesta a dejar pasar esta situación.
Los vecinos, que llevaban tiempo viendo cómo aumentaba la presencia de vendedores ambulantes en la zona, vieron con buenos ojos esta intervención: «Esta época está llena de vendedores ambulantes», comentaban algunos mientras aplaudían la acción policial.
Las autoridades han dejado claro que están intensificando sus esfuerzos para acabar con estas prácticas ilegales que pueden poner en peligro nuestra salud. Al final del día, tanto el vendedor como la masajista recibieron multas por infringir las ordenanzas municipales. Un recordatorio para todos: nuestras playas merecen estar libres del comercio ilegal.