La inteligencia artificial ha llegado y, con ella, un mar de incertidumbre que nos hace replantearnos qué pasará con nuestros trabajos. ¿De verdad puede una máquina decidir quién se queda y quién se va? Según algunos analistas, hasta 300 millones de empleos podrían verse amenazados en un futuro no tan lejano. Pero hay voces que defienden la idea de que estas tecnologías pueden liberarnos de tareas repetitivas, permitiéndonos enfocarnos en lo que realmente importa.
Un panorama inquietante
Desde 20bits hemos abordado este tema desde diferentes ángulos: los trabajos que están en la cuerda floja y aquellos ya reemplazados por esta nueva era tecnológica. Aunque el Banco Central Europeo asegura que las afirmaciones sobre la desaparición del trabajo humano son exageradas, no podemos ignorar casos como el de una startup llamada Artisan, que promueve con entusiasmo la frase ‘Dejen de contratar humanos’. Su propuesta es clara: usar IA para suplantar a trabajadores en atención al cliente y ventas.
Parece ser un terreno dividido; unos ven a la inteligencia artificial como una herramienta útil y otros sienten cómo les quitan el suelo bajo los pies. Una encuesta reciente de Resume Builder, sin embargo, revela algo aún más alarmante: directivos ya están consultando a la IA sobre despidos. ¡Así como lo lees! El 60% de los gerentes encuestados confía tanto en esta tecnología para decisiones de recursos humanos que está dispuesto a dejar su futuro laboral en manos digitales.
Aquí los datos son escalofriantes: el 78%% dice que la IA les ayuda a decidir quién merece un aumento, el 77%% se deja llevar por ella cuando piensa en ascensos y un preocupante 66%% la usa para determinar despidos. No solo eso; hay quienes permiten que herramientas como ChatGPT o Copilot tomen esas decisiones finales sin intervención humana alguna.
Aún así, no todo está perdido. Stacie Haller, experta de Resume Builder, nos recuerda lo crucial que es mantener el factor humano en estas decisiones: «Aunque la IA puede ofrecer información basada en datos, carece del contexto necesario». En este juego entre tecnología y humanidad parece evidente que necesitamos encontrar un equilibrio antes de permitir que las máquinas decidan sobre nuestro futuro laboral.