En Mallorca, la emoción se siente en el aire. El PP de Alaró ha celebrado la reciente aprobación de la ley del suelo, una decisión que no solo reconoce como zona arqueológica todo el entorno del Castillo de Alaró, sino que también allana el camino para su expropiación. Este momento es descrito por muchos como un punto de inflexión tras «décadas de promesas vacías».
Un hito histórico para Alaró
El alcalde, Llorenç Perelló, ha dejado claro que este avance no es solo una victoria política, sino un sueño colectivo. «Durante años se habló sobre la compra del Castillo sin ofrecer soluciones reales», declaró con pasión. Sin embargo, ahora, gracias a una colaboración estrecha entre el Ayuntamiento, el Parlament y el Consell, estamos ante lo que él considera un hito histórico.
No cabe duda de que esta medida resalta la capacidad de gestión del PP en las instituciones locales. En apenas dos años han logrado transformar una declaración de utilidad pública en una realidad palpable. La expropiación podría llevarse a cabo simultáneamente por parte del Consell de Mallorca, algo que representa una gran esperanza para los alaroners.
Aquí es donde realmente brilla Perelló: «Es hora de trabajar juntos —Govern, Consell y Ayuntamiento— para convertir el Castillo en un espacio público accesible a todos». Y no solo eso; también recordó a sus críticos desde la izquierda que están comprometidos con la conservación. «No destruimos territorio; lo protegemos», afirmó contundentemente.
Este esfuerzo no solo busca recuperar un patrimonio perdido sino también garantizar su conservación y gestión responsable. El compromiso del Partido Popular es firme: seguir liderando este proyecto con seriedad para hacer realidad lo que generaciones han soñado: convertir el Castillo en patrimonio común.