En una calurosa mañana de julio, Palma se prepara para un encuentro musical muy esperado. El pianista Miquel Estelrich y el violinista Vasko Vassilev vuelven a unir fuerzas en un concierto que promete ser algo más que notas y melodías. Este 16 de julio, el Monasterio de la Real será testigo de su magia, donde revivirán obras entrañables y explorarán nuevas emociones. «La conexión que tenemos es única, como una historia de amor: no se puede forzar», asegura Miquel con sinceridad.
Un homenaje a la música mallorquina
A medida que se acerca la fecha del recital, Miquel comparte su deseo profundo por recuperar las obras de los compositores mallorquines. «Sé que tocar algo de Chopin siempre impresiona más, pero mi corazón late por nuestra propia música», confiesa con orgullo. En este recital no faltará la Fantasía de Carmen, un tributo al 150 aniversario del estreno de la famosa ópera.
No obstante, también habrá espacio para piezas clásicas como las de Chopin y obras más emocionales que nos transportarán a otra dimensión musical. «Cada concierto es único; nunca sabes lo que puede pasar, como en un partido de fútbol». Con esa perspectiva tan fresca, Miquel recuerda sus vivencias en Japón y cómo allí el aplauso resuena diferente.
A lo largo de su carrera, Miquel ha dedicado gran parte a rescatar el legado sonoro de Mallorca. A pesar del esfuerzo titánico que esto supone, está convencido: «Si no sientes pasión por esto, mejor dejarlo». Reconoce sin tapujos que no recomendaría a su propio hijo dedicarse al mundo clásico si no tiene unas condiciones excepcionales.
Miquel Estelrich está listo para ofrecer una experiencia íntima y emocional en La Real. Este concierto será más que solo música; será un viaje donde cada nota cuenta una historia rica en cultura y tradición. Y eso es lo verdaderamente importante para él: conectar con la gente a través del arte.