En un partido que prometía ser emocionante, la rusa Anastasia Pavlyuchenkova se enfrentó a Sonay Kartal, la última esperanza británica en el cuadro femenino de Wimbledon. Pero lo que ocurrió en la pista fue mucho más que un simple encuentro de tenis. Un fallo garrafal del sistema automático de canto de línea casi le cuesta caro, y no dudó en expresar su frustración ante los espectadores.
Un robo que dejó huella
Con el marcador 7-6 (3) y 6-4 a su favor, Pavlyuchenkova estaba a un paso de llevarse el set cuando una pelota claramente fuera provocó un caos absoluto. El sistema falló y tuvieron que repetir el punto, algo que sacó de sus casillas a la jugadora: ‘No sé si ha sido dentro o fuera, pero tú no puedes probarlo. Como ella es local podéis decir lo que queráis. Me habéis robado el juego.’
A pesar del revés emocional, Pavlyuchenkova se recompuso y logró salir adelante, superando ese mal momento para hacerse con la victoria final. Fue su primera vez entre las ocho mejores del torneo desde 2016, dejando atrás un camino lleno de tropiezos. Y ahora buscará sus primeras semifinales enfrentándose a la ganadora del duelo entre Linda Noskova y Amanda Anisimova.
Kartal, al caer en este partido, deja a Cameron Norrie como el único representante británico en el torneo. La tensión palpable y las emociones desbordadas nos recuerdan cómo un simple error puede cambiar el rumbo de una competición tan emblemática como Wimbledon.