La indignación está en el aire en El Secar de la Real. Los vecinos, cansados de ver cómo su entorno se transforma sin contemplaciones, han decidido alzar la voz contra lo que consideran un auténtico macrourbanismo. Y es que no es para menos: cada vez son más las voces que claman por un desarrollo sostenible y respetuoso con nuestra tierra.
Una comunidad unida
Las últimas semanas han sido testigo de cómo las expropiaciones para instalar parques solares han comenzado a afectar a las Islas, provocando un rechazo generalizado entre los ciudadanos. “No podemos permitir que tiren a la basura nuestro patrimonio natural”, comenta uno de los miembros más activos de la plataforma local. Este sentimiento resuena entre agricultores y propietarios de fincas, quienes están en pie de guerra contra el tren que conectará sa Pobla con Alcúdia.
Aquí no solo hablamos de política, sino de un modo de vida que está en juego. La presión turística ha llevado a Menorca al límite: más visitantes significan más coches en nuestras carreteras y menos agua para todos. Es una ecuación insostenible que ya ha dejado huella en nuestra isla.
Y mientras tanto, el PSOE acusa al PP de estar destrozando la Serra de Tramuntana bajo el pretexto del progreso. Pero, ¿a qué precio? La gente se pregunta si este tipo de acciones realmente benefician a alguien o si solo sirven para engrosar los bolsillos de unos pocos.
Este es solo el principio. La comunidad está más unida que nunca, lista para luchar por lo que les pertenece. Porque El Secar no se rinde y su lucha apenas comienza.