La figura de Rafa Rullán, uno de esos nombres que resuenan en la historia del baloncesto, está a punto de recibir el homenaje que merece. Nacido en Palma en 1952 y fallecido el pasado 4 de mayo en Madrid, este pionero del deporte se ha convertido en un referente no solo para los amantes del baloncesto, sino para toda Baleares. Su conexión con Sóller es profunda; aquí encontró siempre su refugio y su esencia.
Un tributo a un legado inolvidable
La Fundació FEBIB 1935, junto con la colaboración estrecha del Ajuntament de Sóller y la Federació de Bàsquet de les Illes Balears, está llevando las riendas de este emotivo evento. No están solos: se han sumado otros clubes como el Joventut Mariana, y muchos deportistas reconocidos de la localidad también quieren ser parte de esta celebración. Porque lo que se busca es poner sobre la mesa no solo su carrera deportiva, sino el impacto personal y social que dejó en todos nosotros.
Aunque inicialmente se planeó que el acto formara parte de las fiestas de Sant Bartomeu, cuestiones logísticas han llevado a trasladarlo entre finales de septiembre y principios de octubre. La idea es asegurar que la familia pueda estar presente, porque ellos son una parte fundamental de esta historia. Rullán fue un verdadero gigante; con la selección española hizo historia al ganar una medalla de plata en el Eurobasket del 73 y participó como el primer balear olímpico en Múnich 72, donde vivió momentos difíciles.
Con el Real Madrid, logró hazañas impresionantes: 14 Ligas, 9 Copas del Rey… una lista interminable que habla por sí sola. Después de colgar las zapatillas, siguió ligado al deporte desde la Fundación del club blanco, dedicándose a fomentar valores a través del baloncesto. Este homenaje no es solo necesario; es un deber para recordar todo lo que hizo por nosotros.