En el Gran Premio de Gran Bretaña, Lewis Hamilton se convirtió en el centro de atención, acompañado por Max Verstappen, aunque por razones bien diferentes. En Silverstone, su pista fetiche donde ha brillado con nueve victorias y 15 podios, el británico siente la presión pero también la magia que lo rodea. Es un momento crítico en su carrera, pero Hamilton no se rinde; sabe que este 2025 puede ser clave para recuperar su lugar en la cima.
Una búsqueda de progreso
Recientemente, en Austria no todo fue como esperaba. A pesar de terminar cuarto, no pudo competir cara a cara con Charles Leclerc. «No estoy aquí para quedar cuarto», afirmó con determinación. El heptacampeón dejó claro que necesita un coche que refleje su estilo y ganas de ganar: «Estoy trabajando con Loic [Serra] para asegurarme de que el próximo coche tenga algo de mi ADN», dijo convencido.
Y mientras mira al cielo esperando lluvia -«Rezo para que llueva»- Hamilton no oculta su optimismo ante las posibilidades de cambiar el rumbo este fin de semana. En sus propias palabras: «Estamos en Silverstone y es un gran lugar donde cambiar las cosas». Aunque enfrenta desafíos complicados con un SF-25 que no va acorde a sus expectativas, sigue luchando por lo que quiere: un Ferrari competitivo que le permita dejar huella nuevamente.