Este jueves ha sido un día de sorpresas en Palma. El juez de Instrucción número 7 decidió poner en libertad a los ocho detenidos durante la gran redada antidroga que tuvo lugar en Son Banya el miércoles. Cuando los arrestados salieron de los juzgados, se encontraron con una marea de familiares ansiosos, listos para celebrar. Champán y confeti volaron por los aires, mientras las sonrisas y abrazos llenaban el ambiente.
Una operación intensa
No obstante, la historia no acaba aquí. En este mismo día, otro individuo fue arrestado relacionado con la misma operación, elevando el total a nueve detenidos. La intervención policial fue contundente: alrededor de decenas de agentes irrumpieron en el poblado chabolista a primera hora de la mañana, registrando seis casetas que funcionaban como puntos de venta de drogas. En esos espacios encontraron una variedad considerable de sustancias ilegales: cocaína, hachís y marihuana. ¿Y qué más? Herramientas para su manipulación también estaban entre las incautaciones.
Los ocho presuntos narcos fueron llevados ante el juez al inicio del día y, sorprendentemente para muchos, todos ellos recuperaron su libertad rápidamente. Eso sí, algunos deberán presentarse mensualmente ante las autoridades judiciales como medida cautelar. Una vez fuera del edificio judicial, fueron recibidos por sus seres queridos con entusiasmo desbordante; uno incluso acabó empapado en champán tras abrir varias botellas en plena calle.
Así se vivió un capítulo más en esta saga que parece no tener fin: operaciones contra el narcotráfico que generan tanto revuelo social como emocional.