Este fin de semana, la Fórmula 1 aterriza en el emblemático Circuito de Silverstone, y con él, nuestro querido Fernando Alonso. Este asturiano sabe bien lo que significa este trazado, no solo porque es parte de su historia, sino porque aquí vivió uno de los capítulos más dolorosos de su carrera: el Mundial de 2010. Tras quedarse a las puertas del título, cada vez que pisa este asfalto rememora esos momentos que podrían haber cambiado su trayectoria.
Un regreso lleno de esperanza
Con una racha positiva tras sumar puntos en tres carreras consecutivas, Alonso está impaciente por demostrar lo que puede hacer en casa. «Estoy deseando ver cómo nos va en un circuito tan especial para mí», dijo en la previa. Para muchos, es el momento perfecto para dar un golpe sobre la mesa y mostrar que Aston Martin tiene potencial.
No obstante, Silverstone no siempre ha sido generoso con él. El piloto recuerda claramente cómo perdió el campeonato en 2010 por culpa de algunos contratiempos. «En Valencia y Silverstone perdimos ese Mundial», confesó sin tapujos. A pesar del buen rendimiento del monoplaza ahora, no puede evitar mirar hacia atrás y lamentar las oportunidades perdidas.
Pero este año es diferente. Con nuevos objetivos y esperanzas renovadas, Alonso busca puntuar nuevamente y seguir ascendiendo en la clasificación. En estos momentos se encuentra empatado con Lance Stroll en el puesto 12 del Mundial; sin embargo, su ambición no conoce límites y desea volver a brillar como lo hizo hace años.
Así que ahí estará, sobre ese circuito que tanto le debe. La historia sigue escribiéndose y nosotros estaremos atentos a cada vuelta del ovetense.