¿Quién no ha usado el ‘modo incógnito’ alguna vez, pensando que nuestra navegación estaba a salvo de miradas indiscretas? Pues parece que Google tenía otros planes. Un jurado en California acaba de dictar sentencia y le ha puesto a la gigante tecnológica una multa nada despreciable de 314 millones de dólares. Esta decisión no solo afecta a un puñado de usuarios; son más de 14 millones los afectados en Estados Unidos.
La trama detrás del escándalo
Todo comenzó con una demanda colectiva presentada en 2019, donde se alegaba que Google había estado recopilando datos móviles sin el consentimiento de los usuarios, incluso cuando estaban en ese modo que promete ser privado. La indignación crece al saber que la empresa no solo enviaba información mientras nuestros dispositivos estaban inactivos, sino que lo hacía utilizando nuestros propios datos móviles.
Ahora bien, ¿cuál era el objetivo detrás de este espionaje encubierto? Según los demandantes, estos datos eran oro puro para mejorar servicios como la localización y la publicidad personalizada. Y aquí viene lo mejor: Google se defendió argumentando que nadie había sido perjudicado por esta recolección masiva de información. Según ellos, todos aceptamos las condiciones al iniciar sesión. ¡Vaya cinismo!
El abogado Glen Summers fue claro: “Este veredicto subraya la gravedad de las acciones de Google”. Por otro lado, su portavoz aseguró que piensan apelar y que malinterpretaron sus intenciones, alegando que todo se hacía para asegurar un rendimiento óptimo del dispositivo.
A esta historia ya le hemos dado varias vueltas. En agosto del año pasado, otro juez desestimó un juicio sumario contra Google por invadir la privacidad con análisis y cookies durante el uso del ‘modo incógnito’. Ellos insisten: “Lo hemos dicho mil veces; navegar así significa aceptar ciertos riesgos”. Pero el dilema persiste: ¿realmente tenemos control sobre nuestra propia información?