La historia reciente en Palma ha dejado a muchos con el corazón en un puño. Un traumatólogo, acusado de agresión sexual hacia una paciente en su clínica, ha sido finalmente absuelto. La jueza, tras evaluar las pruebas, concluyó que no se demostró que la mujer se desnudara por indicación del médico. De hecho, se trató más bien de un «malentendido» que dejó muchas interrogantes en el aire.
Durante el juicio, celebrado el 23 de junio, la abogada de la denunciante pedía una condena de cuatro años y una indemnización económica significativa por daños morales. Pero lo que resaltó la magistrada es contundente: “Tampoco parece que el hecho de que te digan que te quites las bragas pueda producirte un estado de shock”. Esto sugiere una falta total de credibilidad hacia las acusaciones.
Un encuentro clínico que dejó huella
Todo comenzó el 26 de abril de 2022 cuando esta mujer acudió a la consulta del traumatólogo para obtener una segunda opinión sobre su escoliosis severa, un problema con el que ha lidiado desde los 11 años. Después de realizar algunas preguntas pertinentes, le pidió pasar a otra sala para explorarla. Aquí fue donde ella se desnudó; sin embargo, nunca quedó claro si eso fue realmente lo solicitado o si todo había sido fruto del malentendido.
En medio del relato del juicio, la paciente expuso cómo vivió esa experiencia: «No era normal que me dijera que me pusiera literalmente en pompa», expresó visiblemente incómoda. A pesar de ello, el médico defendido por Eduardo Valdivia Santandreu mantuvo su postura diciendo que sólo le pidió descubrirse la espalda y nunca percibió incomodidad alguna en ella.
La jueza hizo hincapié en la situación delicada por la cual atravesaba la denunciante: dolor extremo y nerviosismo por su condición médica; factores que podrían haber influido en su interpretación de los hechos. En resumen, mientras algunos ven justicia, otros sienten una profunda preocupación al pensar en las implicaciones emocionales y sociales detrás de este caso.