Era un miércoles soleado en Wimbledon, donde las temperaturas superaban los 30 grados y todos estábamos pendientes de nuestras pantallas. La emoción se palpaba en el aire, pues las estrellas del tenis estaban listas para brillar. Pero, como suele pasar en este deporte, el clima tenía otros planes. De repente, una lluvia repentina llegó a Londres y lo cambió todo.
A medida que las nubes oscurecían el cielo, los partidos programados para iniciar a las 11:00 fueron pospuestos. ¿Quién iba a pensar que tras una semana de calor intenso ahora nos enfrentábamos a dos horas de parón? A las 13:00, con mucha incertidumbre, finalmente se pudo volver a jugar.
Los afectados por la tormenta
Entre los partidos que se vieron atrapados en esta vorágine climática estaban algunos encuentros interesantes como Joao Fonseca contra Jenson Brooksby y Shintaro Mochizuki frente a Karen Khachanov. Sin embargo, no todo fue negativo. Carlos Alcaraz se salvó del chaparrón gracias a su juego en la Centre Court techada; estaba programado para salir al terreno aproximadamente a las 16:00 o 16:30.
Pero no todos tuvieron esa suerte. Los nervios aumentaban entre Davidovich y otros tenistas españoles que debían lidiar con un día incierto lleno de interrupciones. El partido de Davidovich Fokina parecía destinado a no concluir ese mismo día. En fin, así es Wimbledon: siempre sorprendente, pero también impredecible.