Wimbledon se convirtió en un campo de batalla para Novak Djokovic durante su debut en la edición 2025 del torneo. A primera vista, el 3-1 que se refleja en el marcador podría dar la impresión de que fue un paseo triunfal, pero lo cierto es que el serbio vivió momentos de verdadera angustia, sobre todo a nivel físico. El partido contra Alexandre Muller no fue sencillo; cada saque y cada golpe parecía poner a prueba sus límites.
Una pelea interna
En medio del tercer set, con un ajustado 2-1 a favor, Djokovic pidió asistencia médica debido a un dolor estomacal que casi le arruina la jornada. En la rueda de prensa posterior al encuentro, confesó entre resoplidos de cansancio: «Sí, me alegro de ganar. Pero estoy destrozado ahora mismo. Pasé de sentirme increíblemente bien al principio, jugando mi mejor tenis en el primer set, a simplemente intentar sobrevivir en la pista.»
No hay duda de que ‘Nole’ tiró de toda su experiencia para hacer frente a esta adversidad. A pesar del malestar y una energía que parecía haberse evaporado por completo, logró reponerse y cerrar los dos sets restantes a su favor. Con una mezcla de alivio y satisfacción expresó: «Después de un tiempo la energía regresó y pude volver a jugar desde la línea de fondo como al principio.» Sus seis saques directos en los primeros juegos del último set fueron prueba del talento y temple del serbio.
Finalmente, Djokovic avanzó a segunda ronda donde le espera el británico Daniel Evans. Aunque hoy fue complicado, su victoria tiene sabor amargo pero también trae consigo una lección: incluso los grandes tienen días difíciles. Sin embargo, siempre encontramos fuerza para levantarnos.