El Gran Premio de Austria fue un auténtico desastre para Yuki Tsunoda, quien dejó claro que su rendimiento está lejos de ser lo que Red Bull espera. Con solo siete puntos acumulados en las últimas nueve carreras, la situación del japonés se vuelve cada vez más insostenible.
La carrera no comenzó bien desde el principio. Tras un accidente temprano que dejó a Max Verstappen fuera de combate, Tsunoda se vio arrastrado a uno de sus peores fines de semana como piloto del equipo. En un Red Bull Ring lleno de obstáculos, terminó último entre los que completaron la carrera. ¿Cómo pudo llegar a este punto?
Las señales rojas en el ‘paddock’
Tsunoda volvió a caer en la Q1, una rutina ya conocida por él. Solo logró clasificarse desde la 18ª posición y eso hizo que las 70 vueltas del domingo se convirtieran en un verdadero suplicio para él y para la escudería. Como si esto no fuera suficiente, recibió una penalización de 10 segundos por golpear a Franco Colapinto, lo que le relegó aún más al puesto 16 al final.
Christian Horner, director del equipo Red Bull, no ocultó su frustración: «Yuki tuvo una carrera horrible» dijo ante los medios. Habló sobre los errores cometidos y cómo estos han ido afectando su confianza. «Vamos a ver cómo podemos apoyarlo», añadió Horner mientras subrayaba la enorme brecha existente entre Tsunoda y Verstappen.
Pero aquí viene lo interesante: Liam Lawson ha irrumpido en escena con fuerza. Acabó sexto en Austria, sumando más puntos (10) que Tsunoda en toda la temporada reciente (9). La presión ahora es palpable; el asiento secundario de Red Bull nunca ha sido fácil y parece que las cosas están cambiando rápidamente.
A medida que Isack Hadjar se acerca con sus excelentes actuaciones en ‘Racing Bulls’, el futuro de Tsunoda empieza a tambalearse más que nunca. El silencio incómodo ante preguntas sobre su futuro dice mucho: quizás sea hora de hacer algunos ajustes antes de que sea demasiado tarde.