El pasado 29 de junio, la esplanada de Sa Bassa Nova en Portocolom se convirtió en un escenario vibrante donde la música y la poesía se entrelazaron. La Orquestra Lauseta, bajo la dirección de Xisco Amengual, brilló una vez más, mostrando que cada año se afianza como una propuesta artística que no podemos pasar por alto. Esta formación ha sabido crecer, tanto en solitario como acompañando a diversas corales y solistas de la zona. Este verano, nos ofrecieron algo especial: un homenaje al cincuentenario de la Coral de Felanitx.
Una noche mágica llena de historia
La directora Margalida Massutí decidió darle una vuelta a las cosas y planteó al compositor Miquel Brunet crear una obra nueva para celebrar esta efeméride. Y así nació Edificant, una especie de suite musical que explora los versos del poeta local Miquel Bauçà. En este trabajo, Brunet logra mezclar tres elementos clave: el simbolismo del arquitecto Guillem Sagrera como emblema del progreso, la palabra como patrimonio cultural y el canto como hilo conductor de una sociedad en crecimiento.
Acompañados por casi un centenar de voces —de la Coral anfitriona, Son Servera y el Orfeó Artanenc— el espectáculo prometía ser inolvidable. Pero eso no fue todo; mientras la media luna iluminaba el cielo, los músicos no solo actuaban como acompañantes sino que eran parte esencial del relato musical. Los recitadores Guillem Simó y Caterina Bibiloni aportaron su voz a textos poéticos que resonaron con fuerza.
No se trataba solo de música; era un grito contra las injusticias bélicas retratadas en obras anteriores de Brunet. Con su pieza Revisions de Palestina, puso sobre la mesa reflexiones sobre guerras eternas e infames, dejando claro que su arte también sirve para cuestionar nuestro entorno.
Esa noche mágica quedó grabada en nuestras memorias y seguro quedará aún más presente cuando escuchamos el eco de Edificant en futuras grabaciones discográficas. No hay duda: hay algo especial sucediendo aquí.