En Palma, el eco del descontento resuena entre los vecinos. La amenaza de una macrourbanización que se cierne sobre la ciudad ha despertado una inquietud palpable en la comunidad. “¿Quién va a vivir aquí si no hay ni equipamientos ni servicios?”, se preguntan muchos con justa razón. La preocupación es evidente y no es para menos.
Una lucha por el futuro de nuestros barrios
La reducción de recursos afecta a todos, desde las escuelas hasta los espacios públicos. Esta situación está llevando a un grupo de trabajadores del TIB a plantear una huelga indefinida, un grito desesperado que busca ser escuchado antes de que sea demasiado tarde. Mientras tanto, la tragedia también acecha; una mujer ha perdido la vida ahogada en la Playa de Palma, un recordatorio doloroso de cómo este lugar que debería ser un refugio también puede convertirse en peligro.
No solo son cifras o noticias aisladas; hablamos de vidas reales y sueños desmoronados. “Menos turismo y más agua”, claman algunos, mientras otros debaten sobre el desgaste laboral y el abandono que están sufriendo sus comunidades. En este contexto, cada voz cuenta, cada historia importa.