En una jornada más de tensión internacional, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado claro que no tiene intención de ofrecer nada a Irán en lo que respecta a su programa nuclear. Este lunes, durante una declaración contundente, enfatizó que «ni siquiera está hablando» con el gobierno iraní, subrayando que, según él, EEUU ha «eliminado totalmente» las instalaciones nucleares del país persa.
Un giro inesperado en la historia
Trump no se ha cortado al decir: «Digan al falso senador demócrata Chris Coons que no estoy ofreciendo nada a Irán», recordando cómo su antecesor Barack Obama firmó un acuerdo en 2015 que él considera desastroso. ¿Acaso es este el momento para un nuevo diálogo? Aunque hace unos días insinuó la posibilidad de conversaciones, Teherán ha respondido con escepticismo. Tras los bombardeos israelíes y estadounidenses contra instalaciones nucleares iraníes, queda claro que la confianza está por los suelos.
A pesar de los rumores sobre ayudas económicas para Teherán a cambio del fin del enriquecimiento de uranio, Trump ha desmentido categóricamente estas informaciones calificándolas de «falsas». El conflicto comenzó realmente el 13 de junio cuando Israel lanzó una ofensiva militar contra Irán, provocando respuestas rápidas por parte de este último. Desde entonces, el clima se ha vuelto aún más tenso y las posibilidades de acercamiento parecen lejanas.
Así estamos hoy: entre promesas incumplidas y juegos políticos peligrosos donde todos parecen perder más que ganar. Las palabras vacías y las acciones contradictorias nos dejan preguntándonos si alguna vez habrá un camino hacia la paz en esta complicada relación.