En la fría madrugada del viernes, un incendio voraz se desató en una antigua nave agrícola de Capdepera, dejando a su paso devastación y caos. Alrededor de las 3.00 horas, los bomberos de Mallorca recibieron el aviso y no tardaron en movilizarse desde los parques de Artà, Alcúdia, Inca y Manacor para hacer frente a las llamas que amenazaban con arrasar más.
Un despliegue admirable
La situación era crítica. Las llamas no solo habían consumido el tejado de la nave; también destruyeron un depósito de gasoil y varios vehículos que estaban allí aparcados. Los equipos de extinción trabajaron incansablemente para evitar que el fuego se propagara hacia la carpintería cercana, poniendo en riesgo aún más propiedades y vidas. Con gran valentía y profesionalismo, lograron controlar la situación hacia las 6.30 horas.
A pesar de lo destructivo del incendio, el esfuerzo colectivo y la rapidez del equipo fueron impresionantes. Nos recuerda lo frágil que es nuestra historia local, simbolizada en esas antiguas estructuras que nos cuentan historias pasadas.