En un rincón del Club Diario de Mallorca, Tomàs Graves, un hombre que ha vivido y sentido profundamente la esencia de su isla, se prepara para presentar su libro ‘Afinando al alba. Viaje musical al corazón de un país’. Este próximo martes 1 de julio a las 18 horas, nos regalará una mirada única sobre cómo los mallorquines han navegado entre diferentes épocas, desde los romanos hasta el presente dominado por el turismo.
Una historia de resistencia y identidad
Graves, hijo del famoso escritor Robert Graves, no tiene pelos en la lengua. En una reciente entrevista recuerda con nostalgia sus días en Deià, donde el LSD puro era parte del paisaje cotidiano. «La gente estaba perdida en sus viajes mentales», dice con una sonrisa irónica. Pero él se mantuvo firme ante esos excesos; quizás porque siempre tuvo un buen pa amb oli a mano o porque sabía que los verdaderos tesoros estaban en las experiencias vividas y no en las sustancias.
Con una trayectoria llena de matices —impressor, músico y gastronauta— Graves ha dedicado dos décadas a encontrar un hogar para su obra. Finalmente, se cruzó con Libros del Kultrum, quienes le ayudaron a llevar su visión al público español. Su libro es más que anécdotas; es un viaje emocional que revela la evolución social de España a través de la música.
“Los mallorquines estamos dispuestos a morir pero no a matar”, reflexiona graves sobre la esencia de su pueblo ante el embate del turismo masivo. Asegura que aunque los tiempos cambian y las presiones aumentan, hay algo inquebrantable en la identidad mallorquina. Y aunque sea fácil dejarse llevar por lo superficial o por la economía turística, él defiende que aún hay esperanza si las nuevas generaciones luchan por preservar lo auténtico.
No obstante, también es consciente de los peligros: «Mallorca está muriendo de éxito». La posibilidad de ver encenderse segundas residencias en llamas parece lejana pero posible si no se actúa pronto. Las advertencias están claras: debemos cuidar nuestra tierra antes de que sea demasiado tarde.
Tomàs Graves se erige como voz crítica y reflexiva en tiempos donde muchos prefieren mirar hacia otro lado. Y mientras él continúa su viaje musical por Mallorca —un lugar lleno de historias— nos invita a todos a ser parte activa del relato y mantener viva esa chispa que nos une como comunidad.