MADRID, 26 Jun. (EUROPA PRESS) – El panorama se torna oscuro en Irán tras las declaraciones de su ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araqchi. Este ha confirmado que los estragos provocados por Estados Unidos a sus instalaciones nucleares son «considerables y graves». Pero lo más impactante es que asegura que muchas realidades han cambiado; ya no están dispuestos a negociar como antes.
Al reflexionar sobre la reciente guerra, Araqchi enfatizó: «Al dejar atrás una guerra, muchas realidades cambian, y las condiciones después de la guerra son fundamentalmente diferentes a las anteriores». Tras doce días de resistencia del pueblo iraní, el regreso a la normalidad parece una utopía lejana. Ahora demandan indemnizaciones por los daños sufridos.
Nuevas exigencias en un ambiente tenso
En una entrevista con IRIB, la televisión estatal, el ministro fue claro al afirmar que no hay intenciones de volver a sentarse con Washington para discutir nada: «Hasta el momento no se ha llegado a ningún acuerdo para reanudar las negociaciones». Araqchi no se guardó nada y lanzó duras críticas hacia Estados Unidos, culpándoles de complicar aún más la situación con sus bombardeos recientes en Isfahan, Natanz y Fordo.
El tono se vuelve aún más grave cuando menciona: «Murieron personas, estalló la guerra… Con este error, Estados Unidos complicó aún más la cuestión nuclear iraní en lugar de resolverla». Además, defendió su decisión de frenar la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), acusando a su secretario general Rafael Grossi de actuar sin honradez ni justicia.
Araqi destacó que condenar estos ataques debería ser una obligación del director general del OIEA: «Atacar instalaciones nucleares es un delito imperdonable; no se puede permitir que esto quede impune». En resumen, Irán está marcando un nuevo camino marcado por exigencias claras y firmes ante lo que consideran un ataque injustificable contra su soberanía.