Anna Wintour, una de las figuras más icónicas del mundo de la moda, ha decidido dejar su puesto como editora de Vogue en Estados Unidos después de casi 40 años. La noticia ha llegado como un rayo en medio del verano, y muchos ya se preguntan cómo será el futuro sin ella al mando. En una reunión reciente con su equipo, Wintour, que cuenta ya con 75 años, confesó que está buscando un sucesor o sucesora para ocupar su puesto, pero no se alejará del todo; seguirá siendo la editora global de Vogue y jefa de contenidos en Condé Nast.
Un legado imborrable
Desde que tomó las riendas de Vogue en 1988, Anna ha sido una auténtica fuerza transformadora. Recuerdo la primera portada que hizo: Michaela Bercu luciendo un suéter de Christian Lacroix y unos vaqueros de Guess. Esa elección cambió el juego por completo; sacudió la forma en que veíamos la moda. Con ella al frente, Vogue no solo se convirtió en una referencia estética, sino también cultural. Anna supo combinar lo mejor del estilo con temas relevantes de la actualidad.
Su influencia fue tan profunda que se convirtió en el rostro inspirador detrás del personaje interpretado por Meryl Streep en ‘El diablo viste de Prada’. Con cada desfile donde ocupa siempre el primer lugar y cada Met Gala organizada bajo su mirada crítica y creativa, nos ha dejado claro que la moda es mucho más que ropa; es un reflejo de nuestra sociedad.
A medida que Wintour pasa a otro capítulo en su carrera manteniendo el control sobre las revistas del grupo Condé Nast, nosotros solo podemos esperar ver quién será capaz de llenar esos zapatos gigantescos. ¿Podrá alguien seguir sus pasos? La comunidad fashionista está ansiosa por descubrirlo.