El Borussia Dortmund ya tiene la vista puesta en los octavos de final del Mundial de Clubes. ¿Cómo? Con una victoria sin complicaciones pero llena de matices sobre los coreanos del Ulsan HD. Y todo gracias a un gran Jobe Bellingham, que no solo se convirtió en asistente del gol, sino que también fue el alma del ataque germano bajo las órdenes de Kovac.
Un primer tiempo arrollador
Bastaron apenas 60 minutos para darnos cuenta de la importancia que tiene este joven talento en el equipo. El primer tiempo fue un auténtico espectáculo: Jobe hizo lo que quiso, creando hasta tres oportunidades claras para marcar y asistiendo a Svensson en el único tanto que finalmente subió al marcador. Ulsan luchó y mostró garra, pero no tenía nada que hacer contra la maquinaria ofensiva del Dortmund.
Los alemanes se lanzaron a la carga con una serie de ocasiones, aunque solo lograron concretar una. A las fallidas oportunidades de Bellingham se sumaron disparos a bocajarro de Gross y Guirassy, todos ellos bien detenidos por Hyenwoo, quien fue el verdadero héroe para su equipo al mantenerlo vivo durante gran parte del encuentro.
A pesar del dominio alemán y esa mínima ventaja, los surcoreanos encontraron algo de valentía y generaron algunas oportunidades en el segundo tiempo. Pero ahí apareció Kobel para reafirmar su papel en esta victoria. En resumen, Ulsan tuvo más empuje que juego y nunca dio la sensación real de poder sorprender a un Dortmund que terminó este grupo con mucha autoridad.