MADRID 25 Jun. (EUROPA PRESS) – La situación en Gaza se ha vuelto insostenible. El Gobierno de Israel, liderado por Benjamin Netanyahu, no ha dudado en señalar al Movimiento de Resistencia Islámica, conocido como Hamás, como responsable de apropiarse de la ayuda humanitaria que llega al norte de la Franja. En un comunicado conjunto con el ministro de Defensa, Israel Katz, han dado un ultimátum a las Fuerzas de Defensa de Israel: 48 horas para diseñar un plan de acción. ¿Pero qué significa esto para la población que ya sufre?
Una situación desgarradora
A finales de mayo se reanudó la entrega de ayuda humanitaria tras un acuerdo con Hamás, pero con condiciones muy cuestionables. Se confió la gestión a una ONG respaldada únicamente por Israel y Estados Unidos. Desde entonces, los incidentes mortales se han multiplicado, dejando más de 400 muertos y cerca de 3.000 heridos durante las entregas. La realidad es cruda: el Ejército israelí ha estado disparando a aquellos que solo buscan comida.
La ONU no se ha quedado callada y ha exigido una investigación sobre estos sucesos tan alarmantes. Además, ha hecho un llamado urgente al Ejército israelí para que detenga el fuego contra quienes intentan sobrevivir en medio del caos y permitan la entrada continua de ayuda humanitaria.