En un giro trágico de los acontecimientos, al menos nueve personas han perdido la vida en un ataque del Ejército israelí contra el noroeste de Irán. Este hecho se produce a las puertas de un acuerdo de alto el fuego que muchos esperaban con ansias. Las autoridades locales han confirmado que entre los fallecidos se encuentra un científico nuclear, lo cual añade una capa más de complejidad a esta ya tensa situación.
Destrucción y dolor en Astaná Ashrafiyé
El vicegobernador de Gilan, Alí Baqeri, no pudo contener su pesar al informar que el bombardeo ha dejado también 33 heridos, con varios edificios residenciales completamente destruidos. “Las casas cercanas también han sufrido daños significativos”, comentó Baqeri, reflejando el impacto devastador sobre la población civil.
A medida que las noticias llegan desde Irán, la cadena Press TV ha revelado que uno de los últimos ataques cobró la vida de Sediqi Saber, un reconocido científico nuclear. Sin embargo, hasta ahora no hay pronunciamiento oficial por parte del gobierno iraní sobre este hecho.
La situación se complica aún más con declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump anunciando que el alto el fuego ya está vigente. Por su parte, Benjamin Netanyahu ha asegurado que Israel logró sus objetivos y advirtió: “Responderemos con fuerza si Irán lanza nuevos ataques”. En sus palabras resuena una amenaza clara; Israel considera haber eliminado una amenaza existencial inmediata relacionada con armamento nuclear.
A pesar de estas afirmaciones optimistas desde Tel Aviv, Abbas Araqchi, ministro de Exteriores iraní, ha negado cualquier acuerdo formal y subrayó que la decisión sobre cómo proceder llegará más tarde. Sin embargo, algunos informes sugieren que las fuerzas iraníes lanzaron misiles contra Israel justo antes del supuesto inicio del alto el fuego.
Este conflicto no es nuevo; comenzó el 13 de junio cuando Israel intensificó su ofensiva militar contra Irán y Estados Unidos se sumó a esta escalada con bombardeos a instalaciones nucleares. Lo irónico es que Irán había advertido previamente a Washington sobre sus acciones militares en Qatar sin causar bajas.