El pasado martes, en un giro inesperado de los acontecimientos, Donald Trump hizo una declaración que dejó a muchos boquiabiertos. El presidente de Estados Unidos anunció la entrada en vigor de un alto el fuego entre Israel e Irán, pidiendo a ambos países que se comporten y no lo rompan. Después de más de diez días de enfrentamientos que parecían no tener fin, este anuncio llega como un rayo de esperanza.
La situación ha sido tensa, con el Ejército israelí lanzando ataques sobre Irán, que respondía disparando cientos de misiles y drones hacia territorio israelí. “El alto el fuego ya está en vigor. Por favor, no lo violen”, escribía Trump en su cuenta de Truth Social. También detallaba que este acuerdo significaría un alto el fuego total, siempre y cuando ambas naciones finalizaran sus operaciones actuales. En sus palabras, “la guerra se considerará terminada”. Pero ¿realmente se puede confiar en ello?
Un eco de desconfianza entre las naciones
No todo el mundo comparte la misma visión optimista. Abbas Araqchi, ministro de Exteriores iraní, salió al paso afirmando que no había ningún alto el fuego acordado con Israel y que las decisiones respecto a este tema llegarían más tarde. No obstante, aseguraba: “siempre que el régimen israelí cese su agresión ilegal contra nosotros antes de las 4:00 horas, no hay intención de continuar con nuestra respuesta”. A medida que avanzamos hacia adelante, la pregunta persiste: ¿será suficiente este anuncio para apaciguar los ánimos o es solo una estrategia más en un tablero lleno de juegos peligrosos?