En el Mundial de Clubes, el PSG dio una lección de cómo levantarse tras un tropiezo. Con un claro 0-2 ante los Seattle Sounders, los parisinos no solo lograron la victoria, sino que también aseguraron su clasificación como primeros de grupo gracias a un inesperado apoyo del Atlético. La afición respiró aliviada después de lo sucedido contra Botafogo; aunque ese desliz quedó en el olvido y se convirtió en una anécdota.
Un partido sin sorpresas
A pesar de que se esperaba mucho más de la superioridad del PSG, la realidad fue que los estadounidenses complicaron un poco las cosas. Con un ritmo más pausado del habitual y el esfuerzo notable por parte de Seattle, las diferencias no fueron tan evidentes. Sin embargo, hay que ser claros: Seattle nunca supuso una amenaza real para el equipo dirigido por Luis Enrique.
Con Vitinha marcando el compás y Achraf aportando velocidad, el PSG construyó su triunfo con tranquilidad, casi como si estuvieran jugando en casa. Al principio, Seattle salió valiente con presión alta, sembrando alguna duda entre los franceses. Pero pronto Doué lanzó un aviso serio con un tiro potente que hizo lucirse a Frei.
Y entonces llegó el primer gol: algo fortuito pero decisivo. Vitinha recogió un rebote tras un córner y su disparo desviado terminó en la red gracias a Kvaratskhelia. Fue un momento clave; ya no había vuelta atrás. En la segunda mitad, Barcola entró al campo y casi sin tocar balón asistió a Achraf para sellar el destino del partido con otro gol más.
El PSG mantuvo su control sin estridencias, asegurando la posesión ante un Seattle incapaz de inquietarles. Aunque no arrasaron ni hicieron grandes alardes, dejaron claro que son firmes candidatos al título. Su favoritismo sigue intacto en este Mundial de Clubes.