Imagina vivir en un lugar que siempre has llamado hogar y de repente, los precios se disparan como si fueras un turista. Eso es lo que está sucediendo en Mallorca, donde muchos residentes se ven obligados a lidiar con costos desorbitados por la presión del turismo. La situación es insostenible, y cada vez más voces se alzan para denunciar esta realidad.
La lucha por la vivienda digna
Desde hace tiempo, plataformas como Airbnb han multiplicado la oferta de alojamientos turísticos, dejando a los locales en una posición desesperada. ¿Quién puede competir contra esos precios? Muchos están empezando a perder sus casas o, incluso peor, se ven forzados a vivir como si fueran huéspedes en su propia tierra.
Y no solo eso. En medio de este caos, el Govern parece dispuesto a mantener restricciones sobre los cruceros, pero ¿es suficiente? Algunos plantean que hay una necesidad urgente de defender nuestra isla frente a la saturación turística. El nuevo partido Som Mallorca ha nacido con este propósito: proteger nuestro entorno y nuestras vidas.
Mientras tanto, algunos se atreven a hacer preguntas incómodas a los turistas sobre las lenguas oficiales o el pasado cultural de las Baleares. Pero la respuesta casi siempre queda en el aire: "¿Castellano y inglés?". Es un reflejo triste de cómo hemos llegado aquí.
No podemos seguir mirando hacia otro lado mientras la comunidad languidece entre promesas vacías. Necesitamos acciones concretas para preservar lo que nos queda y permitir que quienes nacieron aquí puedan seguir viviendo sin ser víctimas del monocultivo turístico.