En la mañana de este viernes, la ciudad de Odesa, en el sur de Ucrania, volvió a ser escenario de una tragedia. Al menos una persona ha perdido la vida y cerca de quince han resultado heridas debido a un ataque masivo con drones perpetrado por las fuerzas rusas. La Fiscalía ucraniana no ha dudado en señalar que esta acción ha impactado directamente en infraestructuras civiles, un hecho que no solo hiere físicamente, sino que también ataca el corazón de una comunidad ya cansada por el conflicto.
Odesa, nuevamente bajo fuego
«Odesa ha sufrido otra vez un ataque masivo con drones enemigos», anunció la Fiscalía a través de su cuenta oficial en Facebook. Al parecer, las tropas rusas lanzaron al menos diez drones sobre la ciudad. Las consecuencias son devastadoras: hay un muerto y catorce heridos, entre ellos tres valientes rescatistas que se encontraban en el lugar tratando de ayudar a los afectados.
Uno de los edificios alcanzados durante este violento asalto es un imponente rascacielos de 23 plantas. En estos momentos, las autoridades están realizando inspecciones para evaluar los daños y determinar el alcance total del desastre. Los fiscales, junto con otros organismos, están trabajando arduamente para documentar lo sucedido y ofrecer respuestas a una población que se siente cada vez más desamparada.