Imagina la escena: un cohete gigantesco que simboliza el futuro, listo para elevarse hacia Marte. Eso es lo que todos esperaban ver, pero la realidad se tornó trágica este miércoles por la noche en Texas. La Starship, el vehículo insignia de SpaceX, sufrió una explosión en la base de lanzamiento conocida como Starbase. Afortunadamente, según informaron desde la empresa, todo el personal está a salvo.
Un nuevo contratiempo para SpaceX
La explosión se produjo justo antes de que la nave realizara una prueba clave: encender los motores mientras estaba anclada al suelo. Esto forma parte del proceso fundamental para prepararse para un vuelo real. En ocasiones anteriores, habían logrado encender con éxito el propulsor Super Heavy y algunos motores Raptor, pero esta vez las cosas no salieron como se esperaba.
Lo curioso es que los técnicos buscaban encender todos los seis motores simultáneamente; sin embargo, antes de que comenzara oficialmente esa prueba crucial, algo salió mal y ocurrió una anomalía interna. ¿Qué falló? Por ahora, SpaceX guarda silencio sobre las causas exactas.
No es la primera vez que Starship enfrenta desafíos serios. Este año ya hemos visto cómo sus etapas superiores se desintegraron durante los vuelos de prueba 7, 8 y 9. En esos casos, las naves explotaron a menos de diez minutos después del despegue o perdieron contacto tras un vuelo relativamente exitoso.
Con cada revés en este camino hacia Marte, hay más incertidumbre sobre cuándo podremos ver ese ansiado Vuelo 10. La Administración Federal de Aviación (FAA) está al tanto de lo sucedido y sigue supervisando la investigación.