En el mundo del tenis profesional, donde cada golpe y cada set cuentan, hay un nombre que está generando más preguntas que respuestas. Hablamos de Yoshihito Nishioka, un jugador japonés que se ha convertido en el centro de atención por una serie de retiradas que han dejado a muchos con la boca abierta. ¿Qué le está sucediendo?
Este chico, que siempre ha sido conocido por su entrega y pasión en la pista, ha visto cómo su carrera se convierte en un auténtico calvario. En sus últimos nueve partidos, ha tenido que abandonar en seis ocasiones. ¡Eso es alarmante! Todo comenzó en el ATP 250 de Dallas, donde durante los cuartos de final se vio obligado a dejar el partido contra Casper Ruud. Desde ese momento, sus problemas físicos han ido aumentando como una bola de nieve.
Un hombro problemático y mucho sufrimiento
Nishioka intentó seguir adelante. Se trasladó a Delray Beach, pero ni siquiera pudo saltar a la pista para enfrentarse a Miomir Kecmanovic debido a esas molestias en el hombro que parecen ser las culpables de su triste situación. A pesar de su valentía al intentar competir en el Masters 1000 de Miami, nuevamente se vio forzado a abandonar tras perder el primer set ante Hugo Gaston.
Al darse cuenta de que necesitaba tomar un respiro, decidió hacer una pausa y volvió al circuito en mayo para jugar en Roma. Sin embargo, su actuación dejó muchas dudas sobre si realmente había logrado recuperarse del todo. Y cuando llegó Roland Garros, lo peor estaba por venir; después de perder dos sets contra Alexei Popyrin, tuvo que dejarlo todo otra vez.
A pesar del desánimo y las dificultades constantes, Nishioka no se rindió. Intentó regresar a la competición solo una semana después en Birmingham pero acabó abandonando otra vez tras caer ante Adrian Mannarino.
No obstante, parece haber un rayo de esperanza: recientemente compitió en Halle y aunque perdió ante Yannick Hanfmann, logró completar el partido sin retirarse. Esto puede parecer poco para algunos, pero para él fue un gran paso hacia adelante; ¡una señal positiva después de tantas decepciones!