El ambiente festivo del Mallorca Live Festival se ha visto empañado por una controversia que está dando mucho de qué hablar. La organización de consumidores Consubal ha decidido alzar la voz y denunciar lo que consideran una vulneración clara de los derechos de los asistentes. ¿Y qué es lo que ha provocado esta indignación? Sencillo: la prohibición de entrar con comida y la exclusión del pago en efectivo.
Condiciones abusivas que no se pueden tolerar
Alfonso Rodríguez, presidente de Consubal, no se ha quedado callado. Ha calificado las condiciones impuestas por el festival como «abusivas» y asegura que son cláusulas nulas. Según la denuncia, solo se permite llevar un sándwich por entrada y un par de piezas de fruta o tuppers, limitando así la libertad del público a alimentarse como desee. Esto es una jugada que muchos ven como obligar a comprar lo que ellos ofrecen dentro del recinto, algo que no sienta nada bien.
Pero eso no es todo; además, han prohibido incluso las neveras o cualquier artículo para conservar alimentos. ¡Increíble! Y si hablamos del dinero, hay otro aspecto preocupante: no permiten pagar en efectivo. Esto va directamente en contra de la legislación vigente que garantiza este derecho básico. Consubal sostiene que estas restricciones son inaceptables y han detallado cómo las páginas web del festival dificultan a los usuarios conocer sus derechos antes de adquirir su entrada.
Así estamos, con un festival en el ojo del huracán mientras los consumidores exigen cambios y un trato más justo. ¿Es tan complicado entender que todos queremos disfrutar sin poner nuestra libertad ni nuestro bolsillo en juego?