En un giro inesperado pero necesario, las delegaciones de Estados Unidos y China han sellado este miércoles un acuerdo que busca reactivar la tregua comercial. Este pacto, fundamentado en lo que se conoció como el consenso de Ginebra, surge tras semanas de tensiones crecientes entre ambos gigantes. Tras dos días intensos de negociaciones en Londres, el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, no pudo ocultar su optimismo al decir que es hora de «poner carne sobre el hueso».
Una conversación clave para avanzar
Lutnick dejó claro que la clave para este nuevo avance fue la conversación telefónica entre los presidentes Trump y X Jinping. “Ese diálogo creó una base sólida sobre la cual podemos construir”, afirmó. La confianza parece haber regresado a las mesas de negociación; es más, Lutnick enfatizó que este acuerdo no solo beneficiará a Estados Unidos, sino también a la economía china.
A pesar de que todavía queda camino por recorrer—con Trump y Xi aún pendientes de dar el visto bueno—Lutnick señaló con claridad: “Hay mucho en juego aquí”. Desde luego, ambos países están deseosos de resolver sus diferencias, especialmente en torno a las tierras raras. En ese sentido, Li Chengang, viceministro chino de Comercio, calificó las conversaciones como «profesionales y racionales» y espera que estas sirvan para fortalecer los lazos económicos entre ambas naciones.
A medida que avanza esta historia—que ha tenido giros dignos de una serie dramática—los ojos del mundo están puestos en cómo se desarrollarán estos acuerdos y qué implicaciones tendrán tanto para Estados Unidos como para China. Con cada paso hacia adelante, todos respiramos un poco más tranquilos ante la posibilidad de una relación más armoniosa entre estos titanes comerciales.