El alcalde de Palma, Jaime Martínez, ha dado un giro a la narrativa fiscal durante su intervención en el Debate del Estado de la Ciudad. Con una sonrisa y esa confianza que lo caracteriza, nos anunció que el Ayuntamiento no se detiene: más bajadas de impuestos están en camino. ¿Y qué significa esto para nosotros? Pues que la «rebaja fiscal histórica» que comenzó el año pasado sigue su curso, sumando un impacto estimado de 11 millones de euros. Esto es algo que toca directamente nuestros bolsillos.
¿Hasta dónde llegarán estas rebajas?
Aunque no detalló cuáles serán los próximos tributos a ajustar, sí recordó las modificaciones realizadas anteriormente. Hablamos del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), del de Actividades Económicas (IAE) y hasta del IVTM. Se eliminaron ciertas tasas para nuestros mayores al expedir documentos administrativos, ¡un paso más hacia una ciudad más justa!
No obstante, no todo el mundo ve esta jugada con buenos ojos. La oposición no se ha quedado callada; han criticado duramente estas medidas, advirtiendo que solo benefician a los más pudientes y cuestionando si este recorte en ingresos fiscales afectará a nuestros servicios públicos. Como bien dicen algunos, esto parece ser un «Robin Hood a la inversa». Sin embargo, Martínez defendió su postura diciendo que hemos logrado “menos impuestos sin sacrificar servicios esenciales”, mostrando orgullo por contar con el mayor presupuesto en la historia municipal.
Aún hay más: destacó también la creación de 451 nuevas plazas laborales en áreas cruciales como Policía Local y Bomberos. Aseguró que Palma es hoy una ciudad mejor que hace dos años, resaltando cómo hemos abordado lo urgente mientras avanzamos hacia un futuro prometedor. Así las cosas, podemos esperar cambios significativos en nuestra querida ciudad.