En un giro inesperado de los acontecimientos, la manta gigante que había sido avistada en la playa d’Illetes ha dejado de existir. Esta criatura majestuosa, que tantas miradas atrajo y despertó la curiosidad de los bañistas, ha sido una víctima más de las adversidades del mar. Muchos recordarán cómo, mientras disfrutábamos del sol y el sonido de las olas, su presencia nos llenaba de asombro.
Un adiós que nos toca a todos
Sin embargo, este no es solo un hecho aislado; es un reflejo más de cómo nuestras costas están cambiando. La requalificació exprés impulsada por PP y Vox para favorecer a ciertos propietarios rústicos se ha convertido en un tema candente entre los vecinos. Como dijo un ciudadano: “Esto es un claro ejemplo de pilotada”. No podemos quedarnos callados ante estos abusos que afectan nuestro entorno natural.
Nuestra comunidad se siente cada vez más preocupada por lo que ocurre en nuestras playas. La desaparición de esta manta es sólo una anécdota dentro de una historia mayor sobre el futuro del medio ambiente y cómo lo estamos tratando. ¿Qué tipo de legado queremos dejar? Es hora de reflexionar y actuar antes de que sea demasiado tarde.